sábado, 16 de marzo de 2019

La escuela poética formalista y el marxismo - Leon Trotsky

Trotsky rechaza enérgicamente los postulados de Sklovsky, Jirmunski, Jakobson, entre otros, a los que denomina “aborto insolente”. La explicación de su postura reside en el rechazo a la concepción estética del marxismo. Esto no implica de ninguna manera que descarte al formalismo.

Para Trotsky el arte dependía en cierta forma del formalismo, ya que esta escuela realizaba un análisis descriptivo de la sintaxis de las obras poéticas, de esta manera el poeta valoraba una palabra no solo según su significación intrínseca, sino también por su valor acústico. Los métodos formalistas pueden abrir al artista otra vía, hacia la aprehensión del mundo, y facilitar el descubrimiento de las relaciones de dependencia de un artista o de toda una escuela artística respecto al medio social. Ellos se niegan a admitir que sus métodos no tiene mas valor que el accesorio y utilitario. 

Para el futurismo ruso la forma determina el contenido. El urbanismo esta profundamente instalado en el subconsciente del futurismo, y el ritmo del futurismo es un intento por dar una forma artística al nuevo espíritu de las ciudades que se ha adueñado de la consciencia. 

Para Trotsky el arte es siempre un servidor social, históricamente utilitario, ya que las formas sociales modifican y van cambiando a las formas artísticas, formulando pensamientos nuevos o un sentimiento nuevo. Y lo hace sin que le importe si en su corriente actual trabaja bajo la bandera del arte “puro” o la de un arte abiertamente tendencioso. Porque en su desarrollo social ruso, el arte trataba de vincularse al pueblo, sacrificar las “sutilezas” de la forma para dar la expresión más directa e inmediata de los sufrimientos y de las esperanzas de los oprimidos. 

El marxismo busca con tanto interés las raíces sociales del arte “puro” como las del arte de tendencia, la búsqueda siempre tendrá como idea esencial el papel subsidiario que el arte desempeña en el proceso social. Dice que la forma del arte es independiente, pero el artista que crea esta forma y el espectador que le gusta no son maquinas vacías; una está hecha para crear la forma y la otra para apreciarla. 

Trotsky critica al formalismo porque sus métodos del análisis formal son necesarios pero insuficientes. Afirma que tratar de liberar el arte de la vida, de proclamarlo actividad independiente, es privarlo de alma y hacerlo morir.   

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